En Shawarma House, cada platillo cuenta una historia que empezó mucho antes de abrir nuestras puertas.

Nuestro fundador creció en Líbano, en un hogar donde el aroma de las especias llenaba las mañanas y el pan recién hecho anunciaba que la comida estaba lista.

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Desde la cocina familiar, una de las figuras más importantes de su vida ha preparado shawarma siguiendo recetas transmitidas de generación en generación, cuidando cada detalle, desde la marinada hasta el último giro del asador.

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Esa infancia, rodeada de mesas llenas y risas, se convirtió en una promesa: llevar ese mismo sabor y calidez a donde quiera que vaya.​

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Hoy, aunque estemos a miles de kilómetros, nuestro shawarma sigue conservando la esencia de aquel hogar en el que todo comenzó.